El árbol de la muralla

Trailer

Sinopsis

Jack Fuchs es uno de los últimos sobrevivientes del Holocausto que actualmente vive en Buenos Aires. De rostro sereno, tono distendido y humor inteligente, resulta difícil relacionar a este polaco con aquel hombre que permaneció durante años prisionero en campos de concentración, entre ellos Auschwitz, y que perdió a toda su familia en la Segunda Guerra Mundial.

Pese al dolor, y luego de 40 años de silencio,  Jack ofrece charlas y conferencias, recibe visitas y cocina para su familia y amigos.

Utilizando la animación e imágenes filmadas por el propio Fuchs como recursos, el nuevo documental de Tomás Lipgot compone el retrato de un sobreviviente del genocidio nazi que, a sus casi noventa años, sorprende por su lucidez y encantamiento.

Guión, Producción y Dirección: Tomás Lipgot
Producción Ejecutiva: Constanza Sanz Palacios
Montaje: Leandro Tolchinsky
Investigación: Eva Puente
Dibujos: Nahuel Ferreyra
Música: Pablo Nemirovsky
Sonido: Andrés Polonsky
Director de Animación: Pablo Calculli
Cámara: Tomás Lipgot
Postproducción de Imagen: J. Marino Morduchowicz

2012 – 75 min – COLOR- VIDEO HD- ATP

Producida por Duermevela con el Apoyo del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), la Fundación Universidad del Cine (FUC), la Embajada de Polonia en Buenos Aires y la Cancillería Argentina.

Ganadora del “premio malvinas” en el 28 festival latinoamericano de trieste, 2013.
Declarada de interés por la cámara de diputados de la nación.
Declarada de interés educativo por el ministerio de educación de la nación.

FESTIVALES:
I Semana del Cine Documental Argentino, Buenos Aires
19º Festival Internacional de Video de Rosario
2° Muestra de Cine Nacional, Cordobés y de Nuevas Tecnologías, Córdoba
28º Muestra de Cine Independiente de Cipolletti, Río Negro
5º Festival De Cine Latinoamericano de Flandes, Bélgica, Competencia Oficial
5º Festival Cine B, Santiago de Chile
10mo. Festival de Cine Judío, Buenos Aires, Argentina
24º Festival de Cine Judío de Vancouver, Canadá
10mo. Festival de Cine Judío de Punta del Este, Uruguay. Premio especial del Jurado
34º Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, La Habana, Cuba
Jornadas por el Día Internacional para la Recordación del Holocausto, Caracas, Venezuela.
15 Festival de Cine judío de Barcelona
Muestra de Cine Judío de Madrid 2013
MARFICI, Competencia Internacional
II Festival Internacional de Bahía Blanca, Competencia
Tandil Cine 2013, Sección Derechos Humanos
XXVIII Festival Latinoamericano de Trieste, Competencia- Premio Malvinas

«Ver esta película es, sin duda, un emocionado encuentro con alguien que supo transformar el dolor en optimismo.»
Adolfo C. Martínez: Diario La Nación

«Tomás Lipgot y Jack Fuchs -realizador y protagonista de este documental- muestran que el ser humano es capaz de cualquier cosa: incluso de hacer una película sobre el Holocausto dejando el horror fuera de campo: visual y oral.»
Miguel Frías: Diario Clarín

«El ejercicio de la palabra, como forma de memoria y como acceso a la verdad, tal como lo consagran las tradiciones judías, es la base de este film en el que Jack Fuchs, que estuvo en el campo de exterminio de Dachau, entrega sus recuerdos como un legado.»
Horacio Bernades: Diario Página 12

«Se convierte en un relato acerca de las posibilidades de seguir adelante ante la adversidad y de cómo el pasado es una presencia latente en el presente. (…) Puntuación: ★★★½ (sobre 5)»
Ezequiel Boetti: OtrosCines.com

Jack Fuchs nació en 1924 como Yankele Fuks en Lodz, Polonia. A los quince años los nazis lo encerraron en el ghetto local hasta que en 1944 lo deportaron a Auschwitz y lo “seleccionaron” para trabajar en Dachau, donde permaneció hasta el fin de la guerra. Luego de vivir durante un tiempo en Estados Unidos, en 1963 se radicó definitivamente en Buenos Aires. 

En los últimos años, Fuchs se ha dedicado de manera intensa a la difusión del tema de la Shoá en numerosas instituciones, escuelas y universidades en varias ciudades del país. Escribió los libros Tiempo de Recordar (Editorial Milá, Buenos Aires, 1995) y Dilemas de la Memoria (Editorial Norma, Buenos Aires, 2006) y es colaborador de la sección “Contratapa” del diario Página/12.

Esta es la primera película que hago que no surgió inicialmente de un deseo propio.  Eva Puente, la escritora del libro que lleva el mismo título que la película, me insistió en conocer a Jack Fuchs ya que, según ella, tenía la impronta de los personajes a los que suelo retratar en mis documentales A decir verdad, no tenía intenciones de hacer un film sobre un sobreviviente del Holocausto. Me parecía una temática compleja, inabordable.

Sin embargo, un día decidí conocer a Jack e, inmediatamente después de las primeras charlas, me apropié del deseo de hacer la película. Jack es un ser humano excepcional. Y no solamente por ser historia viva. Es lo más parecido a un sabio que he conocido.  A todos los que lo conocemos nos sucede algo de lo más extraño cuando lo visitamos: salimos de su casa con una alegría y vitalidad que nos descoloca.  El sentido común dice que uno no debería salir con semejante estado emocional luego de visitar a un sobreviviente de Auschwitz. Es que cuesta creer que Jack, que jamás se victimiza, haya sufrido los peores horrores que un ser humano se pueda imaginar durante la Segunda Guerra Mundial.

Jack guardo silencio 40 años. El mismo tiempo que el exilio judío en el desierto.  Pero cuando comenzó a hablar, literalmente no paró de hacerlo. Se convirtió en su misión en la tierra. Entre esas tantas frases lúcidas, suele decir que no es conveniente “arrojar cadáveres ensangrentados” cuando se trata del delicado arte de la transmisión del Holocausto.

Junto con el equipo de trabajo, intentamos no plasmar esta idea en la película para no caer en la pornografía del horror, punto de vista que obturara cualquier posibilidad de llegar a algún grado de reflexión. Su discurso es, sencillamente, irrebatible: “el hombre mata por matar”. Punto. Parece no haber salida de esta enunciación.

Sin embargo Jack es un hombre verdaderamente humano, de una calidez extrema, al que no le queda otra que creer y desear un mundo mejor.

Tomás Lipgot